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Saturday, December 18, 2010

Santidad

No huyas de la santidad

Predicador: Josue Montano
 
Lectura Bíblica: Mateo 5:8; 1ª Juan 3:9; Salmo 51:10; Salmo 139:23-24; Romanos 12:1; Proverbios 4:23; Salmo 119:9-11; 1ª Juan 1:9; Romanos 12:2  
La mayoría asociamos la santidad con la pureza. Pero ser santo significa, por sobre todas las cosas, ser apartado, único y diferente. Cuando decimos que Dios es santo, estamos diciendo que es único en su clase, y claramente distanciado de todo lo que existe. Es interesante que una de las implicaciones del hecho de que Dios es santo sea que Él no es “uno con el universo” o parte de la creación. Es diferente al orden creado, único y un ser separado. Lo que por supuesto, significa que Dios no está influenciado por el pecado del mundo.  Nosotros deberíamos seguir el mismo paradigma. Somos apartados para Dios y hechos seres únicos y diferentes. Y entonces, como resultado, somos puros porque el poder del pecado ya no es una fuerza dominante en nuestra vida.

Así que la santidad inicia en Dios; luego es una respuesta hacia Él. Él nos hace santos, y después actuamos de acuerdo a esa santidad. No que actuamos a la perfección, pero nuestro curso de vida se transforma. Vivimos en dirección a Dios. Seguimos Su camino vivimos por sus deseos, honramos Su instrucción. Incluso cuando pecamos, encontramos arrepentimiento y desechamos el pecado con rapidez. Después de todo, somos santos –no podemos habitar con el pecado (1ª Juan 3:9). Eso hace de la santidad algo práctico. La santidad es pureza de acciones. Es una reorientación radical hacia Dios que nos hace amarle y obedecerle incondicionalmente. Tal pureza de corazón nos permite sentir a Dios ahora, y verlo en persona más adelante, en el cielo.

La mayoría de Cristianos definen la santidad en términos que los excluye de serlo. Lo describen como si estuvieran hablando del ser más perfecto que habita la tierra. Pero Jesús dice que la santidad es un estado de bendición y felicidad, porque permite que veamos a Dios como nunca antes lo hemos visto. ¿Es la santidad una característica del Cristiano de hoy, o es algo que no se cultiva? ¿Es la pureza de corazón una opción para los Cristianos? ¿Puede una persona decir, “Bueno, no soy santo, así que me conformo con llegar al cielo”? ¿Será que los puros de corazón, y solamente ellos podrán ver a Dios? El puro de corazón logra ver a Dios en medio de su relación con Él; el puro de corazón lo verá en las nubes, cuando regrese por su pueblo; el puro de corazón lo verá en la eternidad.

Un Camino Hacia La Santidad
1. ORA. Los Salmos pueden ser entonados para buscar la pureza del corazón. Por ejemplo tenemos el Salmo 51:10 y el Salmo 139:23-24. Si te formas el hábito de orar y buscar que Dios desarrolle pureza en tu interior, empiezas bien. 

2. GUÁRDATE. La pureza de corazón es una de las más preciadas cualidades. Debes reconocer que toda clase de fuerzas malignas buscarán despojarte de ella, así que toma tus precauciones. Guarda tus ojos, lo que piensa tu mente y lo que tu cuerpo haga. “Ofrezcan sus cuerpos en un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Romanos 12:1). Y, “Por sobre todas las cosas, guarden su corazón por que de él brota vida” (Proverbios 4:23).   

3. LEE. Un corazón lleno de Palabra de Dios buscará santidad. El Salmo 119:9-11 dice, “¿Cómo puede el joven mantener puro su camino? Viviendo de acuerdo a la Palabra. Te busco con todo mi corazón; no permitas que me aleje de tus mandamientos. He guardado tu Palabra en mi corazón para no pecar contra ti.”

4. CONFIESA. Cuando reconoces que hay pecado en tu vida, enfréntalo de inmediato. Ora y confiesa el pecado y comprométete a hacer cambios inmediatos en tu mente y acción. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de todo mal” (1ª Juan 1:9).

5. TRANSFÓRMATE. Tienes que verte como una persona santa. Piensa como un guerrero. Cada mañana debes ponerte la armadura espiritual y entender que te mueves como un agente del Reino. ¡Transforma tu mente! (Romanos 12:2).

La Biblia enseña que nuestros deseos carnales, y el mismo Satanás, conspiran para comprometer nuestra pureza y robarnos la santidad. ¿Te atacan a ti? ¿Cómo puedes combatir esos deseos y crear pureza en tu vida?

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